sábado, 25 de septiembre de 2010
Un montón de ideas de un lunes de lluvia.
El problema de mi tiempo libre es que me obliga a pensar, en todo. Lo que hago y no debería. Lo que hago bien, lo que hago mal. Lo que no hago (Y debería) las cosas que dejé de lado y extraño, las que debería dejar. Las empresas imposibles en las que me meto. De verdad, odio pensar y odio más todavía el no saber poner la mente en blanco, es una estupidez. Creo incluso que el libro tedioso de Aristóteles hoy hubiera sido mejor compañía que yo hoy que llueve y no puedo salir a pasear para matar tiempo. Bueno, llueve de a ratos. Sigo teniendo la nariz helada, el asunto de las manos no es novedad. Podría, mejor dicho debería, escribir una composición para inglés. Quizá dentro de un rato, todavía me sobra demasiado tiempo.
La ciudad lleva mi música, eso está bien. Dentro de m mundo no escucho criaturas llorando, ni parejas discutiendo por cosas que no me ocupan. Quedan afuera las risitas entre amigas y las chismerías vacías sobre moda o alguna otra chorrada. En sí, no suele importarme mucho la ciudad y su mundo violento. Me gusta ese tonto sueño mío de que a cada paso corresponde un tema de mi elección. A veces tengo la impresión de que soy una idiota o que no tengo todos los patitos en hilera. Cosas como esta me lo hacen pensar. Son casi las 16, de un lunes gris y frío, algo que casi estando por entrar en primavera no tiene razón de ser. En este momento odio el frío también. No me cuesta mucho que las cosas no me gusten, hasta podría admitir que hay muchas cosas que evito solo porque sí y no porque realmente tenga motivos.
Esto de escribir es liberador. No entiendo que le encontraban de divertido a pensar los griegos, de verdad no. Quiero decir, está bueno, pero tampoco para tanto. Con esto basta, no sea cosa que todo esto tenga sentido.
No es de hoy sino de hace una semana, quizá dos.
Autodestrucción, para uno mismo y de uno mismo para con los demás.
Alguien me dijo una vez que todavía me estoy construyendo, que soy un poco más que cimientos en este momento. Que el día que corte la cinta de inauguración voy a ser, finalmente, un imperio. Hasta el día de la fecha no conozco ningún imperio que haya sobrevivido a las guerras o a s mismo. No quiero ser un imperio. No. En mis cimientos ya está instalada la semilla de la autodestrucción, ya me jodí muchas veces y ni siquiera soy algo sólido. Llevo grietas que nadie ve pero que están ahí atormentándome, amenazando constantemente con hacer que me desplome.
Y yo tuve la culpa de esas grietas, yo quise que estuvieran donde están. No le tengo miedo ni a Esparta ni a Roma, me tengo miedo a mi misma. Soy mi peor enemiga, lo sé. Quizá sea por eso que no quiero ser un imperio, la revolución interna. Esos cambios profundos que siempre dejan huella, no quiero más mareas. No. Todavía me falta demasiado para llegar al estadio de imperio, pero sino corrijo desde mis cimientos no tengo oportunidad de llegar a pueblo siquiera.
Porque incluso sintiendo miedo tengo el impulso imperante de crecer, de conquistar. Destruir a los demás. Someterlos a mí. Y sé que eso está mal, por eso no quiero ser un imperio. No quiero prisioneros de guerra, ni saqueos. No quiero tumbas que llorar ni el odio de mis vecinos. No podría, no puedo. Me niego a ser un imperio. No a costa de otros. Pero no puedo reprimir m ferocidad, la bestia aullando y buscando desesperada saciedad. Incluso si fuera necesario, no quiero hacerlo porque no quiero cagar en mis hombros con lo que significaría saber que yo destruí a mis hermanos o a mi amante.
Y resulta curioso porque mucho antes de ser imperio ya me siento en ruinas, saqueada. Como sino tuviera más que ofrecerle al mundo que no fuera un millón de supuestos sobre lo que fui alguna vez. Es de verdad curioso, porque muchas veces me sentí así y ni siquiera terminé de ser. Puramente curioso. De uno u otro modo estoy destinada a la autodestrucción, porque nadie es tan fuerte como yo como para terminar de abatirme jamás. Soy la única que sabe donde realmente duele y donde está el corazón. A veces me pregunto por qué la gente cree que voy a llegar tan lejos, otras veces me pregunto por qué hay personas que no pueden ver mi potencial, el futuro imperio. Le dije a esa misma persona que no quería ser un imperio porque no quería lastimarlo y él simplemente me contestó “vamos a estar bien” Ojala así sea, ojala así sea.
domingo, 19 de septiembre de 2010
Hotel california
Ehm, dejando sarcasmos y exámenes de lado.. realmente no sé porque se me ocurrió abrir la pestaña de creación de entradas, no me siento inspirada o creativa como para escribir nada nuevo o lo que sea que yo haga, o como muchos opinan, yo creo que todo ya esta inventado y lo que hacemos todos hoy día es intentar reinventarlo o al menos ponerlo desde otra óptica. Es como la barbie, que siempre tiene un modelo nuevo, doctora, mamá, embarazada {ese fue trastornante}, veterinaria, patinadora, Fairytopia, California.. en fin, con el vestido más largo o más corto, a fin de cuentas.. la misma, barbie. Insisto en que no sé para que abri esto, porque lo único que hago es delirar, y mal.
Veamos, si abro la carpeta de ensayos y demases todo lo que encuentro son escritos tristes, quiero decir.. nada dedicado a el verano, la alegría, el amor o a las chicas superpoderosas, entonces tendría que plantearme seriamente que mi motor para escribir es la tristeza, y eso con dieciocho años y medio.. no es bueno, para nada. Y si lo tengo que pensar, es algo que nunca entendí, se supone que en pleno cambio hormonal, y toda esa basura que tus viejos te venden cuando empezas la adolescencia tu mundo abandona los castillos, los dragones y las princesas y se llena de colores, mariposas y rock' n roll.
En definitiva, no tengo ganas de estudiar ni que me fastidien con que lo hagan, porque soy de esas personas que viven llevándole la contra a los otros, simplemente porque no saben seguir órdenes. Yeah, la jodida me dicen. Otra vez.. esto no tiene nada que ver, es que en realidad no sé que es lo que tiene que ver con esta nota y que no, porque ni siquiera el titulo tiene que ver con la nota.. Esa manía de ponerle el nombre de un tema a los que escribo no es muy beneficiosa, sin duda.
Bueno, bueno.. ya me cansé. Seguramente en un rato suba otra cosa, más vieja y que me guste un poquito más que esto y voy a decir, que cagada tengo la cabeza, definitivamente.
This could be Heaven or this could be Hell~
{Hotel California- The Eagles}
sábado, 18 de septiembre de 2010
girl with the broken smile -
Enfermo una vez, enfermo siempre.
No sé como hago, realmente no sé. Pero siempre termino sintiendo que las cosas son mi culpa, es algo psicológico seguramente algo de falta de estima o una mierda de divan así. Igualmente, quizá sí tenga un poco de culpa con las cosas, quiero decir... podría haber elegido una facultad un poco más económica, u otra carrera más convencional que se dicte en facultades en las que no tengo que poner más que para los apuntes y el viaje. Podría no preguntar a las personas como estan para que no me detallen sus vidas pidiéndome consejos, porque no sirvo para analizar y aconsejar. Porque ni siquiera sé que hacer con mi vida la mayoría de las veces. Sí, también tengo la impresión de que muchas veces vivo por inercia, para no generar más decepciones. Podría no preguntarle a la gente también, por más que me importen sus problemas y por mucha buena intención que tenga de ayudar. Simplemente no sirvo, por algo no estoy haciendo psicología.
Podría ser más comprensiva, delgada, relajada, desinteresada, inteligente, deportista, sensual. Y no, no hay caso. Soy esto, y quizá menos también. Pero no es baja auto estima o falta de valoración personal como otra persona podría pensar, sino que es ser franco con uno mismo.
Enfermo una vez, enfermo siempre. Una vez que uno se ve frente a un espejo y ve finalmente lo que en verdad es, es imposible volver atrás. Porque uno es una de esas imágenes que se quedan grabadas para siempre, esas imágenes que vemos incluso cuando cerramos los ojos. Una constante de que nos digan lo que nos digan nada va a cambiar lo que nosotros vemos, y ni hablar de lo que nosotros sabemos de nosotros que los demás no. Porque eso; es todavía peor.
Si el otro día era el día perfecto para ser, hoy lo es para no ser. En fin, a volver a insistir con Teoría política.