Los últimos días entre la falta de internet, de pc y de tiempo no subí prácticamente nada el blog, no pasé ningún papel a la pc. No hice más que ser parte del sistema, por así decirlo. No hay mucho que pueda decir en mi defensa ¿verdad? Y no. Porque es verdad, me dejó llevar por las miles de obligaciones que me auto impongo y dejo que la artista en mi se duerma, se quede en un estado deprimente de coma. O sea, llegar al punto de no tener tiempo ni siquiera para adelantar dos hojas de los libros que leo, o exprimirme la cabeza para poder escrbir medio renglón, cuando siempre tuve problemas para dejar los dedos quietos a la hora de escribir. Eso es lo que más me cabrea, no poder ser quien soy porque no me queda tiempo para ello.
Estoy tan ocupada en ser simpática con los clientes que llaman para preguntar boludeces desde temprano, en bancarme a las viejas que gritan al teléfono porque están sordas y piensan que yo tambien lo estoy y solo quieren saber si jorgito va a pasar, porque jorgito pasa siempre 8.30 y son 8.31 y no pasó todavía. Eso, sumado a que hace un frío de morirse, a que el resto del personal está completamente desmotivado [y en este momento los entiendo bastante] No tengo ganas de quejarme, porque sé que mis problemas no son ni la mitad de lo importante de lo que lo deben ser lo de los demás, pero no puedo evitarlo. Porque parte de la naturaleza humana es esa, quejarse y romper las bolas por pelotudeces. ¿O no?
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