Primero y principal, no es lo mismo dejar de amar a tener superada una ruptura. Yo tengo superada la ruptura por ejemplo, pero todavía lo amo.
Anoche después de una seria crisis en mi casa estuvo conmigo. Estuvo del otro lado del teléfono durante cuarenta y cinco minutos escuchándome, confortándome, conteniéndome. Son esas las cosas que nadie veía, su compañerismo. Son esas las cosas que todavía me hacen sonreír cuando pienso en él, son todas esas cosas las que me hacen saber que lo amé y que todavía lo amo. No me arrepiento de haberlo amado y no me averguenza reconocer que todavía lo amo. Sé que en algún momento voy a dejar de sentir eso porque es obvio, muerta la relación el amor va a acabarse también en algún momento. Porque él va a estar con otras, porque yo voy a estar con otros. Y un día, sin darme cuenta voy a estar enamorándome de otro hombre, de otra mirada, de otro abrazo. Y él, mi amado soldadito de plomo, no va a ser más que un dulce recuerdo de mi primer amor. Así tiene que ser y hasta entonces seguirá siendo mi amor.
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