sábado, 26 de junio de 2010

Son todos unos hijos de puta -

Sinceramente mientras más corren los días más me convenzó. La raza humana está hecha de puros hijos de puta. El género masculino lleva varios días indignándome cada vez más. No paro de escuchar amigas que dicen que el novio la cagó, que jugó con ella y que, obviamente, ya la dejó. No dig que las mujeres estemos afuera de hacer este tipo de cosas, pero últimamente entre lo que vi y lo que escuche estoy bastante empachada.

Incluso el otro día, mientras esperaba en la puerta del colegio a unos amigos vi como el novio de la hermana de una amiga la cagaba. En plena puerta, sin importarle nada más. La fidelidad no es algo tan difícil, es custión de amor y respeto por la otra persona. Más que nada de respeto por la otra persona, porque podés no amarla como ella te ama -o no- a vos, pero no tenés porque joderla siéndole infiél y haciéndole perder la fé en toda la mierda que le queda por probar.

No sé, entre A y B hoy no tengo ganas de creer en el amor, no tengo ganas de que nadie intente venderme castillos sobre nubes ni nada así. Es más, solamente tengo ganas de tirarme a ver una buena película, perderme en el mundo acartonado y utópico que nos ofrece Hollywood con todas sus miles de películas.

martes, 8 de junio de 2010

Feliz, feliz, lere lere lé -

Ayer fue el cumpleaños de mi abuela, entre café y masitas (cosas bien de viejas) charlas y demás cosas que no vienen realmente al tema pero que son una buena introducción, me di cuenta de lo feliz que estoy. Incluso ahora, hoy que me duele el estómago por haber comido tanta porquería estoy contenta. Quiero decir, es la primera vez que siento que estoy encaminada. Que incluso cuando siento miedo de que las cosas me salgan para atrás todavía avanzo hacia ellas. Aprendí que muchas cosas me salen mal, pero que es más interesante arreglarlas que lamentarse por ellas. Que tengo cosas importantes que otros no tienen, que nunca estoy sola, incluso cuando quiero estarlo.

Que amar es un dolor de cabeza constante, pero que me encanta sentirlo. Que solamente cambiarái una sola cosa, y sería para tenerlo cerca y no extrañarlo tanto. Soy feliz con cosas pequeñas como una tarde en casa mirando películas, con el sol picándome la piel en verano o un buen café caliente en invierno. Que no necesito riqueza para tener un imperio.

No hay nada en este momento que quiera y no tenga o nada que quiera y no pueda tener si me esfuerzo. Hoy me siento estúpidamente optimista, incluso si mi forma base siempre hubiera sido la tristeza. Y que feliz me hace eso tambien.