domingo, 9 de mayo de 2010

Frustración -

Como esas preguntas simples y a la vez tan difíciles de contestar que hacen los nenes chicos, como ¿Cómo vienen los bebés? ¿Por qué se van las personas al cielo? y demáses, muchas veces nos preguntamos ¿qué es la frustración? Y no, la frustración no es descubrir que una mancha no sale de la ropa como dice la propaganda de Vanish. Hoy descubrí que la frustración es algo que se siente demasiado hondo, demasiado mal. Ese es el problema de querer a alguien, todo se vuelve más intenso. Los aromas, los colores, los sentimientos. Todo se vuelve un vale 4, como en el truco. Una apuesta a todo o nada. Que cuando todo marcha sobre ruedas está todo bien, pero cuando algo falla el Armageddon se vuelve un juego de chicos en comparación con lo que a nosotros nos pasa. Jamás creí que el querer a alguien pudiera volver algo tan peligroso para uno mismo, tan revelador.

Porque es verdad, yo me negaba a verlo pero cuando se quiere a alguien uno comienza a conocerse, a descubrir un montón de cosas que no sabía de si mismo. Y que muchas veces cuando uno mismo dice no, sabe que no es no, sino un sí mal disfrazado. Porque por esa persona somos capaces de hacer hasta la peor de las locuras. Con lo que digo no estoy descubriendo la Penicilina como hizo algún fulano (en este caso Mr. Alexander Fleming) o la polvora, ni siquiera algo tan importante como la cura para el SIDA. Pero, me gusta ser egoísta de vez en cuando y escribir sobre lo que en ese preciso momento me parece importante, como ahora. El descubrir lo que para mi es la frustración.

Y porque es más económico abrir el Mozilla que ir a hacer catarsis con un psicólogo y para mi mucho más terapéutico tambien. En fin, en comienzo, entre medio. Como quieran, pero volviendo a lo que decía un rato antes, esto de la frustración es complicado. Como todo, bah. Una cosa es frustrarse con uno mismo, por no alcanzar una puntuación en un exámen, un triunfo en un partido, una meta en el trabajo. Pero ¿qué pasa cuando lo más frustrante es sentir que uno no puede entregarse al otro? Como amante, como pareja, como compañero.

Cuando a uno le late el pecho con fuerza porque hay muchas cosas que no se pueden contar, que no se pueden hacer. Cuando uno tiene miedo a que la otra persona lo rechace por su pasado, que lo mire con pena como ya le hicieron. Que lo deje por no poder entregarse al hacer el amor, la frustración se vuelve el filo más brillante de la navaja. Y uno mismo de nuevo, tiene miedo. Se aterra. Y es horrible cuando pasa, y es todavía peor cuando no deja de pasar. Porque cuando es una frustración hacia uno mismo depende enteramente de uno el poder superarse. Ahora, cuando el cincuenta por ciento de la situación está sobre los hombros de alguien más, la frustración late más fuerte y duele más.

Que sé yo, son cosas del momento o de la edad como me diría mi mamá. Asuntos superables en el momento indicado. Entonces, otra vez tood se vuelve una cuestión de tiempo. Jodido.

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