martes, 28 de mayo de 2013

El día que deje de ser feliz -

Una vez mi mamá me dijo que no me veía feliz, que no era algo del momento sino que venía de tiempo atrás, no sabía cuando precisamente pero que de un tiempo largo acá ya no me veía como la persona que yo había sabido ser. Mi mamá es una mujer extremista y que suele decir cosas que no hacen mella en mi, pero me quedé con esa idea en algún rincón de mi cabeza sin siquiera saberlo y anoche lo entendí todo. Yo sola pude encontrar el punto donde dejé de ser feliz completamente y pasé de vivir a sobrevivir: el día que deje de escribir. Es una estupidez grande como la mansión Playboy a simple vista pero cada uno puede aplicarlo a si mismo como mejor le calce. Si uno es bailarín y ya no puede volver a bailar, que un fanático del deporte tenga que dejar de hacer el deporte que tan feliz lo hace, parece de verdad una tontería pero a largo plazo y lentamente nos mata por dentro sin que nos demos cuenta. 

Al no escribir se me llena la cabeza de ideas, de ensayos que quedan perdidos ahí, que no los materializo. Me sobrecargo de todo eso que es pero no es y sumado a los demás problemas que uno puede tener en su día a día resulta explosivo y nocivo, sin dudas. Son cosas que uno no entiende hasta que se le caen encima, como la manzana de Newton. Un día empecé a escribir de nuevo, al día siguiente seguí escribiendo y empecé a reírme de verdad, dejé de sentirme sola. En dos días había creado un abanico de personajes que me dejaban compartir su vida y que no me dejaban estar sola, que no me exigían, no me reclamaban, simplemente estaban ahí y solo me pedían que no los dejara otra vez. 

Todo lo que me faltaba fuera de mi me lo daban ellos de manera desinteresada, sin pedirme nada a cambio. Entendí que por muy abocada a la universidad que pudiera estar, o al trabajo o lo que fuera nunca iba a ser feliz, porque me faltaba una parte, me faltaba escribir y en medida más chica me faltaba dibujar, me faltaba ser quien realmente soy. Perdí mucho en el camino, pero estoy recuperando más en diferentes formas. 

Y volví a ser feliz, volví a escribir. 

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