domingo, 6 de enero de 2013

La adicción al no saber -

De tantas cosas que perdí diría que sólo guardo lo que fue mágico tiempo que nació en Abril. Miradas tristes sobre mi se anidan y se hacen parte de mi ser y ahora siempre llueve por que estoy sin ti... 

Te pregunte lo que te pregunte no sabes, no tenes idea de nada. ¿Hace cuantos días que seguimos naufragando en este mar de no saber? Sé que parte de eso es mi culpa por permitírtelo, por dejarte entrar a que me pongas todo al revés y después dejarte ir sin obligarte a que me seas sincero por al menos una vez. ¿Hasta donde una persona no sabe y hasta donde no se quiere hacer cargo de eso que sabe? Es más fácil no saber, pasar por ignorante es una comodidad de este, nuestro siglo. Saber conlleva a una responsabilidad quizá demasiado pesada. Odio el vacío del no saber, esa laguna emocional que se te genera en el pecho cuando la otra persona 'no sabe' lo que siente por vos. Yo debería hacerme un favor y cortarte el rostro la próxima vez que intentes buscarme virtualmente en lugar de darme la cara y que nos veamos pero no lo hago ¿por qué? para bien o para mal yo sé porque hago lo que estoy haciendo, para mi el actuar sin saber no es una opción. Te lo permito porque soy débil, porque necesito de ese ratito en el que me buscas y hablamos, ese pedacito de normalidad que me da estar en verano cuando estás cerca en lugar de este invierno frío de tu ausencia. Me siento patética y enferma, pero no puedo evitarlo, temblar cuando te acercas, sentir los ojos llenos de lágrimas, enojarme porque te escudas tras una pantalla en lugar de hacerlo entre mis brazos. 

Estoy saliendo, 'haciendo mi vida', no me resulta necesario en algún punto. Diría, a riesgo de aumentar mis niveles de pateticidad, que me siento más cómoda abrazando un peluche que no dice nada de un tiempo que murió, poniéndome de pijama una alianza con un nombre que ya no existe, mirando fotos de personas que ya no conozco, que saliendo a conocer tipos que no me interesan, que intentan alcanzar mi atención en vano, porque no hago más que comparar; la manera de mirar, de pararse, de sonreír. Y nunca los ojos son tan profundos, siempre demasiado claros u oscuros, pero no chocolate. Siempre algo encorvados pero no erguidos y sonrisas falsas, auto suficientes que no me hacen temblar las piernas como una sonrisa dulce un poco torcida a la derecha. Siempre falta algo. Quisiera poder mandarte a la mierda, decirte que ya no te amo, que no me interesa si volves y que ni siquiera quiero que lo hagas. Que todo lo que vos me dejaste lo prendí fuego y que no hago más que hablar mierda de vos a quien se me cruce. Y todo eso sería una mentira. Estoy tan ciegamente aferrada a esa nada que dejaste que duele. Lo sé y en este mismo momento no quiero hacer otra cosa. 

Ahora te pregunto, ¿hasta donde no sabes si me amas o no? ¿hasta donde no me amas y no te dan las pelotas para decírmelo? ¿hasta donde me amas y por orgullo no te acercas a mi, a lo que eramos nosotros? ¿Qué hay debajo de ese enojo? Yo puedo asegurarte que muchas veces me enojo con todo esto, me enojo con vos y tu actitud pero también puedo decirte que debajo de todo ese enojo todavía te amo como cuando te fuiste y quizá un poco más tambien. Yo sé que no es fácil para vos todo esto tampoco, pero créeme que vos solo te lo estas haciendo difícil. Vos sabes donde está la respuesta de todo este problema, pero no queres venir a buscarla, no queres dar el brazo a torcer. ¿Hasta donde no me queres ver por enojo y hasta donde no me queres ver porque sabes que se pueden caer todas tus barreras? Decime si me equivoco, negame que ahora mismo te gustaría discutir un poco conmigo pero terminar de arreglar todo esto y volver a reírte de las cosas tontas que te hago, volver a despertarnos en nuestra cama, jugar a la play, hacer el amor, ir al cine, estar juntos...

Hasta creo que sería más fácil todo esto si me llamaras y me dijeras que no sentís más nada, que no queres volver a saber de mi nunca más. Y que si me decís eso ya no vuelvas, porque no voy a volver a recibirte si me mentís con eso. Si vos al menos supieras que no me amas el duelo sería más doloroso, pero más corto también. 

A veces tengo ganas de cagarme en Abril, de no esperar, de llamarte ahora mismo y decirte de vernos ya y si no queres verme tener la fuerza necesaria para mandarte al carajo y pasar página. No sabría decir si vas a volver en Abril, en Febrero o si no vas a volver jamás, en algún punto no quiero que me importe porque no quiero seguir atada a vos de esa manera, en algún punto quiero convencerme que yo tampoco quiero estar con vos en este momento, que lo mejor es estar separados, entonces me da mucho frío, me ataca de nuevo este invierno que dejaste que me dice que no todo esta perdido, que no todo termino, ese invierno que me da ganas de ponerme una bufanda y mandar todo a la mierda y seguir, con los pies enterrados en la nieve pero mantenerme en movimiento, no permitirte que sigas bajo mi piel, convencerme que por vos nada vale la pena, que no te mereces nada de todo esto. Más nieve, más de tu falta. Mientras más quiero convencerme de esto más grandes se evidencian los agujeros que dejaron en mi tu partida. Todos esos lugares donde tendría que tocar tu luz que ahora están congelados.

Vamos, mi sol, ¿hasta donde no sabes? ¿hasta donde no queres? ¿hasta donde vas a seguir con todo esto?. Dale pe, terminemos con este invierno que los días están lindos para salir a dar una vuelta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario