martes, 26 de enero de 2010

De lágrimas cajas e islas

Tener ganas de llorar y no poder hacerlo... sin duda es la peor mierda que me puede pasar… sin duda. No digo que llorar sea una solución pero sin duda es un alivio, un par de lágrimas, un poco de dolor de cabeza y a dormir. Con suerte a la mañana siguiente me siento lo suficientemente liviana como para poder pensar las cosas con más frialdad y calma y así poder encontrar una solución.


En este momento particularmente me siento seca por dentro, como si hubiera perdido la capacidad de llorar y la de exteriorizar lo que siento, es asquerosamente desconcertante, porque me siento triste y me duele pero simplemente no me sale. Y tengo la impresión que el proyecto Caja de Pandora salió mejor de lo que yo esperaba, incluso de lo que yo planeaba, quiero decir, siempre me consideré una de esas personas a las que no les gusta dar lástima, como tampoco me gusta dar mi opinión completa de las cosas porque siempre termino encasillada como Cruella Devil, entonces la versión completa de una opinión, un sentimiento negativo y todas las cosas que podían llegar a lastimarme o lastimar al resto terminaban en esa cajita, escondidas y bajo siete llaves.


El problema empieza cuando la cajita se convierte en una especie de pac man y empieza a devorar cuanta emoción tiene a su paso… como tengo la sensación de que me esta pasando precisamente ahora. Sentimientos buenos, malos, regulares siento que mi caja se lo devora todo, que me va vaciando por dentro, que me va a drenar hasta que realmente me deje seca. Esto del corazón es realmente complicado o por lo menos a mi se me hace complicado… pasando a otra analogía extraña {de esas que son bien mías} ¿Alguien alguna vez escucho cuando Bon Jovi decía algo como; “Todos los hombres son una isla”? Yo lo escuche en el argumento de una película, y defiendo a muerte que esta completamente en lo correcTo, personalmente soy una de esas islas que están perdidas en un mar recóndito, esas que no se marcan por mapa y a las que se llega por error, o con suerte. Las que están y no están, pero nadie puede precisar que realmente existe. Puede sonar tanto estupido como profundo, o como me dijo una vez una amiga, tiene un gran transfondo pero no deja de sonar gracioso… es que vamos, realmente ¿A quien se le ocurre considerarse una isla? A Bon Jovi y a mi, a nadie más, definitivamente.


Además ni siquiera puedo considerarme una isla turística o paradisíaca porque los amontonamientos de personas me desagradan muchísimo, me sofocan y me dan una sensación de encierro increíble. Siguiendo con mi delirante monólogo sobre las islas, las cajas y mi casi pánico a las personas… ya me perdí >.<


No creo que ser una isla este tan mal después de todo, seguramente cada tanto se ve algo interesante y revalorizante, esas cosas que uno dice mira que loco, y te hacen ver las cosas de colores y formas diferentes y nuevas. A veces son cosas, otras veces personas… de esas que querés que se bañen en tus costas y no te dejen jamás. Personas que se acercan mediante una computadora, un día en el cole o simplemente una noche de boliche, personas que se queres que queden a vivir en vos para siempre, que queres proteger y amar el resto de tus días, esas con las que queres navegar y hacer mil y un cosas distintas, personas que te aceptan tal cual sos y que te retan y te miman, te aconsejan y con las que a veces peleas también, porque la puta si no vale la pena estar vivo por ellos.


Definitivamente, ser una isla perdida es lo mejor que puede pasarme. Empecé hablando de lágrimas, me pase a cajas y termine con islas, en definitiva, ¿Quien me entiende? JÁ.

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